Marta Colomer Marta Colomer24 octubre 2022 Interviews

El avance del acceso abierto en España: Entrevista con la Dra. Remedios Melero

La Semana Internacional del Acceso Abierto de este año (24–30 de octubre 2022) lleva por lema “Open for Climate Justice”. El enfoque de este año sobre la Justicia Climática pretende fomentar la conexión y la colaboración entre el movimiento climático y la comunidad abierta internacional mediante la creación de un espacio de debate y reflexión de carácter transversal e interdisciplinario dónde intercambiar conocimientos para afrontar la crisis climática.

En este marco, desde MDPI hemos tenido la oportunidad de entrevistar a la Dra. Remedios Melero, toda una referente en la promoción de las políticas de acceso abierto y la ciencia abierta en España e Iberoamérica.

Remedios Melero es doctora en ciencias químicas por la Universidad de Valencia e investigadora en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Es editora del Directory of Open Access Journals (DOAJ), y actualmente también es miembro del comité científico de Redalyc y de Scielo España, coordinadora del grupo de trabajo español de Acceso Abierto a la Ciencia, miembro de la red temática MAREDATA, y ha sido socia de proyectos europeos sobre ciencia abierta, como FOSTER+ (Facilitate Open Science Training for European Research).

¿Cuándo empezó su interés e implicación en el movimiento de acceso abierto?

Todo empezó en 2003, con mi asistencia a la conferencia EASE (European Association of Science Editors) que se celebró en Bath (Reino Unido) en la que por aquél entonces el acceso abierto era todavía una temática emergente. En ese contexto, planteé organizar una sesión sobre acceso abierto, con la participación de expertos internacionales como Jean Claude Guedon y Sally Morris, que tuvo una excelente acogida y despertó mucho interés.

En 2006 realizamos una reunión en Madrid (España) para compartir recursos e ideas para el apoyo al modelo de acceso abierto. Desde entonces hasta la actualidad contamos con grupos españoles consolidados dedicados al acceso abierto, a la ciencia abierta, y a los repositorios. A partir de este núcleo, se creó una lista de distribución para compartir ideas, inquietudes, dudas y eventos relacionados con el acceso abierto, con los repositorios digitales abiertos como uno de los temas más relevantes de la misma. Esto condujo a la organización de las primeras jornadas de OS-Repositorios (nombre de la lista), que se han ido celebrando regularmente hasta la llegada de la pandemia. Estos encuentros han servido para promover la comunicación entre grupos y la formación (talleres), y para dar a conocer el caso español entre los invitados expertos procedentes de países más avanzados en temas de acceso abierto. Estas jornadas fueron el germen para la participación en proyectos nacionales y europeos.

Este año, la Semana Internacional del Acceso Abierto pretende fomentar la conexión y la colaboración entre el movimiento climático y la comunidad abierta internacional. ¿Cuáles considera que serían las principales aportaciones del acceso abierto en la lucha contra el cambio climático?

Teniendo en cuenta que la problemática del cambio climático causado por la actividad humana en todo el planeta nos afecta globalmente a diferentes niveles, el hecho de compartir datos en acceso abierto, hacerlos localizables, accesibles, interoperables y reutilizables (datos FAIR) es esencial.

Aunque compartir en abierto y facilitar el acceso a los datos de investigación, su uso y reutilización no son prácticas habituales entre todos los investigadores, hay determinadas disciplinas como la meteorología en las que esta práctica está mucho más extendida. Los meteorólogos, por ejemplo, comparten sus datos de forma natural (ver datos abiertos de la AEMET) lo que permite crear modelos de simulación para predecir las consecuencias e impactos del cambio climático.

Otras disciplinas vinculadas al cambio climático como la agricultura (aconsejar zonas de riego, recomendar determinados cultivos, etc.) o el estudio de las afectaciones marítimas (deshielo de glaciares o el ascenso del nivel del mar) se pueden beneficiar del hecho de disponer de las publicaciones, así como de los datos de investigación originales o “datos crudos”, en acceso abierto ya que es crucial para poder abordar el estudio del cambio climático desde un punto de vista multidisciplinar.

Según su opinión, ¿porque es importante el acceso abierto y la ciencia abierta? ¿Cuáles son sus principales ventajas, así como también sus retos?

El acceso abierto permite abrir la producción científica haciéndola accesible de manera equitativa a todo el mundo, especialmente a aquellos que disponen de menos recursos. Además, el acceso abierto también permite incrementar la visibilidad y la transparencia de los resultados de la investigación y promueve la colaboración con otros grupos de trabajo.

Por otra parte, el abrir la producción científica derivada de la investigación debe ser una de las responsabilidades de los investigadores. El científico perteneciente a una institución pública financiada con recursos públicos debería facilitar que los resultados derivados de su actividad, ya sea académica o investigadora, estuvieran en abierto y ponerlos a disposición de su institución.

A las revistas de acceso abierto de nueva creación, al igual que cualquier otra revista nueva, les cuesta crearse un nicho de autores que confíen en ellas. En el pasado, hubo cierta reticencia a su uso argumentando que su calidad podría ser baja por no haber adquirido todavía “prestigio”. Sin embargo, esta idea se ha ido descartado con el paso del tiempo, sobre todo por los ojos puestos en ellas por parte de servicios de indexación de algunas empresas comerciales.

La crítica principal del modelo de acceso abierto por parte de los autores es el coste de las APCs (Article Processing Charges) que se pagan por publicar en determinadas revistas, no así en las revistas ‘Diamante’ en las cuales ni el autor ni el lector paga por publicar o acceder a sus contenidos.

Según su experiencia, ¿cuál sería el papel de las Sociedades científicas en España con relación al acceso abierto?

En el caso de España, las sociedades científicas se pueden dividir principalmente en tres tipos: las sociedades científicas que siguen un modelo de publicación independiente y que tienen sus propias revistas accesibles gratuitamente para sus socios, y por adquisición bajo demanda para el resto de los lectores; un segundo grupo lo forman aquellas que las tienen en abierto para todo el público en general; y en un tercero encontramos las sociedades que establecen acuerdos con editoriales. En este último caso, las editoriales se encargan de la parte de la producción y marketing y la sociedad del contenido científico. Estos acuerdos pueden implicar un acceso gratuito ya que la sociedad patrocina la publicación, o bien el autor paga por publicar y los contenidos quedan en abierto al resto de lectores, o se sigue el modelo de suscripción para acceder a los trabajos. En todos los casos, el control de calidad de contenidos lo hace la Sociedad a través de sus comités de redacción y evaluadores externos.  Hacer que sus publicaciones queden en abierto no solo favorece el acceso abierto al conocimiento, sino que además constituye un medio de expresión de la Sociedad que contribuye a difundir las buenas prácticas tanto editoriales como de la propia disciplina, y pueden servir de voz crítica sobre temas de interés actual.

Centrándonos en España, ¿cuál es su punto de vista sobre la situación actual del acceso abierto y la ciencia abierta en nuestro país en el ámbito editorial, así como a nivel académico y de los autores?

El avance del acceso abierto en España en sus inicios fue galopante. Se crearon repositorios, se implementaron estándares de calidad e interoperabilidad para la recolección de metadatos, y las revistas universitarias adoptaron, y siguen haciéndolo, el sistema de publicación con el Open Journal System (OJS). En estos años también se ha creado el recolector nacional RECOLECTA y se han puesto en marcha numerosos proyectos relacionados con la ciencia abierta.  A estos se suma que, en 2011, se introdujera un artículo en la ley de la ciencia sobre acceso abierto a las publicaciones. En 2022 se modificó y aprobó el nuevo texto de la ley en el que se habla de ciencia abierta y en dónde las publicaciones y los datos abiertos cobran una gran relevancia.

Actualmente, el contenido en acceso abierto a la producción científica española puede estar alrededor del 60% si consideramos lo que se publica en revistas y lo que está presente en los repositorios.

Por otra parte, en España se han creado grupos de trabajo en temas de ciencia abierta en Rebiun (Red de bibliotecas universitarias y del CSIC) y casi todas las universidades españolas cuentan con su repositorio institucional. Los temas de interés más actuales se centran en la monitorización del acceso abierto, la evaluación académica bajo el paraguas de la ciencia abierta, y en cómo incentivar la contribución de los investigadores para abrir el acceso a sus resultados. Es decir, en crear esos incentivos y recompensas para que el cambio cultural hacia una ciencia abierta colaborativa, dónde compartir y hacer que el conocimiento sea un bien común, sea el modus operandi de la comunidad científico-académica.

¿Cuáles son sus expectativas sobre el futuro del acceso abierto en España? ¿Qué nos quedaría por alcanzar?

En España existen infraestructuras e iniciativas que fomentan la cultura de compartir, gestionar, y reutilizar datos gracias en parte a las políticas de las instituciones y de las agencias que financian la investigación.  Sin embargo, en mi opinión, a nivel nacional haría falta la creación de un portal de monitorización para analizar la evolución del acceso abierto a las publicaciones y a los datos de investigación, así como la puesta en marcha generalizada de sistemas CRIS (Current Research Information Systems) interoperables. Además, sería muy útil hacer un seguimiento del gasto en APCs y de los acuerdos transformativos con las editoriales de las instituciones universitarias y centros de investigación; la creación de un repositorio nacional de datos de investigación para aquellas instituciones que no disponen de infraestructura para el depósito y preservación de los mismos; y facilitar formación sobre la gestión de los datos.

Por otra parte, proporcionar incentivos y recompensas a nivel de evaluación de los investigadores en su promoción durante su carrera en la que se tuvieran en cuenta el poner su producción científica en abierto, ayudaría a alcanzar un mayor cumplimiento con el acceso abierto.


Para más información sobre la Semana Internacional del Acceso Abierto, visite openaccessweek.org.

  • El hashtag oficial de la semana en Twitter es #OAWeek.
  • Puede acceder a los artículos sobre el cambio climático publicados por investigadores españoles en revistas de MDPI durante 2022 aquí.